Miopía: ¿cuáles son las causas y factores de riesgo?
¡Estamos viviendo una epidemia de miopía?!
El término «epidemia», reservado habitualmente al virus, está ahora de moda en los medios en cuanto a la prevención sanitaria: epidemia de diabetes tipo 2, epidemia de obesidad, epidemia de alergias, epidemia de miopía…
Miopía
La miopía afecta a la visión de lejos. Es exactamente lo contrario de la hipermetropía. La refracción de la imagen no se realiza correctamente porque el ojo es demasiado largo en el eje de la órbita
El término sigue siendo muy exagerado, porque por un lado la miopía no es contagiosa, y por otro, aunque los factores ambientales juegan un papel importante en el aumento creciente de miopía en el mundo, probablemente el factor hereditario sea aún más decisivo.
Por ejemplo, en Asia, más del 80% de los jóvenes menores de 24 años sufren miopía, mientras que en Europa, la tasa ronda el 40%. Según el profesor Renard, director científico de la Sociedad Francesa de Oftalmología, el factor genético sería también «la principal causa de miopía en Asia, en una población con débil mezcla genética». De hecho, si un padre es miope, el niño tendrá 1 de cada 3 posibilidades de serlo también. Si ambos padres son miopes, es una oportunidad de cada 2.
Además de la herencia, existen factores ambientales. La carencia de luz exterior y la monotonía del campo de visión son dos riesgos adicionales. En primer lugar, la luz natural estimula la producción de dopamina. Este neurotransmisor desempeña un papel clave en el desarrollo de la visión, y el ojo va creciendo hasta los 20-22 años. El segundo factor está ligado a la pequeña variación del campo visual. Normalmente, el ojo está acostumbrado a hacer malabares entre la visión lejana y la visión cercana. Pero al mirar demasiado de cerca, la mayoría de las veces, el ojo acaba perdiendo esa capacidad y se alarga (miopía). Una encuesta realizada por el fabricante de lentes, Essilor, encontró que desde la marginación de las tabletas y los teléfonos inteligentes, nuestra distancia de lectura ha pasado de 42 cm (para un libro) a 33 cm (para una pantalla). Dos motivos para animar a niños y adolescentes a abandonar su entorno digital para divertirse a la luz del día, en un entorno con objetos 3D.
Por último, la luz azul de las pantallas sólo tendría un papel menor en la miopía. Por su parte, a largo plazo, está implicada en la degeneración macular.