Calidad del aire interior en las escuelas

Se han resumido los resultados publicados por el Observatorio de la Calidad del Aire Interior – OQAI – sobre la campaña nacional de evaluación de la calidad del aire, realizada en las escuelas españolas.

En varios números:

  • 301 guarderías y primaria extraídas al azar de 52.582 escuelas.
  • 4 años, el estudio se llevó a cabo desde junio de 2013 hasta junio de 2017.
  • 2 campañas de medición por centro educativo, una en verano y otra en invierno.
  • Se han buscado 71 contaminantes en el aire interior, incluidos 13 VOC – Compuestos orgánicos volátiles, 3 aldehídos (incluido el formaldehído) y 46 COSV – Compuestos orgánicos semivolátiles.
  • 6 parámetros de confort controlados: temperatura, humedad, concentración de dióxido de carbono (índice de confinamiento), niveles sonoros, iluminación y campos electromagnéticos.
Características de las escuelas investigadas (fuente: OQAI)

Los resultados:

Los valores límite, que requieren investigaciones y trabajos adicionales, no se han superado nunca, salvo en lo que respecta al plomo. A pesar de estos resultados alentadores, se han identificado puntos de vigilancia.

1/ La presencia de contaminación química y contaminación de fondos por partículas, inducida:

  • por VOCs – Compuestos orgánicos volátiles. Se detectan en el 80% de los centros educativos. Las principales fuentes de emisiones son: muebles, recubrimientos, productos de limpieza y productos de actividades recreativas (colas, pinturas, rotuladores, etc.)
  • por dióxido de nitrógeno, vinculado al tráfico rodado y detectado en el 70% de los centros educativos.
  • por partículas finas (PM2,5), detectadas en todas las aulas. Estas partículas pueden tener muchas fuentes, el tráfico rodado es una de ellas.
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2/ Contaminación de polvo por COSV – Compuestos Orgánicos Semivolátiles, en los que encontramos:

  • plaguicidas, prohibidos durante décadas, como el dintel y el DDT, por su persistencia en el medio ambiente.
  • plastificantes como los ftalatos.
  • retardantes de llama como los PBDE.
  • y el plomo, todavía presente en las pinturas.

3/ En cuanto a los parámetros de confort:

  • 1 de cada 5 escuelas tiene problemas de humedad, con observación de moho.
  • La mitad de las escuelas de educación infantil y tres cuartas partes de las escuelas primarias tienen una renovación de aire insuficiente (alta contención)
  • El resto de parámetros: niveles sonoros, iluminación y campos electromagnéticos, todavía no se han procesado.

En conclusión:

Por lo general, los niños respiran la misma calidad de aire en la escuela que en casa. En el mejor de los casos, la calidad del aire es mejor en las escuelas que en el hogar*.

«Las concentraciones de COV y aldehídos son significativamente más bajas en las escuelas en comparación con la vivienda, con la excepción del formaldehído y el hexaldehído que tienen concentraciones equivalentes a las de la vivienda. Los edificios escolares muestran un desarrollo de moldes menos activo que las viviendas».

Comparación de los resultados de las campañas Escuelas y Vivienda (fuente: OQAI)

* La campaña nacional de Vivienda se llevó a cabo de 2003 a 2005 y permitió evaluar la calidad del aire dentro de 567 viviendas (viviendas principales).

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